La resiliencia: una cualidad fundamental para los emprendedores
¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es un término utilizado por la física de materiales para definir aquella capacidad de algunos materiales o sistemas de recuperar su estado inicial tras haber sido sometidos a una perturbación y una vez que esta se detiene.
En psicología, se dice que una persona tiene resiliencia cuando es capaz de adaptarse y/o recuperarse de una situación adversa o de estrés.
¿Por qué es importante la resiliencia si quieres emprender?
IBM definió la resiliencia en los negocios como aquella capacidad, no solo de soportar el fracaso, sino de salir fortalecido de él y continuar con la actividad laboral.
Ser emprendedor conlleva una serie de riesgos personales y profesionales que seguro conoces. No conseguir llevar a cabo tu idea de negocio o que esta fracase, no solo puede dar lugar a pérdidas económicas sino otras consecuencias personales como desmotivación, pérdida de autoestima, sensación de falta de capacidad o competencia e incluso en algunos casos depresión.
La resiliencia, por tanto, es una de las cualidades clave para todo aquel que se aventure a montar un negocio y vivir de él.
Como emprendedores, no siempre tomaremos ideas acertadas, más de una vez nos equivocaremos con la idea, con la estrategia de marketing o con el público al que nos dirigimos, sin embargo, cultivar esta fortaleza nos permitirá aprender de los errores y salir fortalecidos de la experiencia.
La resiliencia es el resultado de actitudes y competencias internas de la persona, pero también resultado de experiencias y de cómo nos relacionamos con nuestro entorno.
La resiliencia, como otras fortalezas que a priori parece que son innatas, puede trabajarse.
Para ello, podemos comenzar con analizar nuestras propias capacidades. Conocer nuestras propias fortalezas y también nuestras debilidades es el primer paso. Podemos hacer un análisis DAFO/CAME para descubrir qué es aquello que nos puede ayudar a ser más resiliente y qué necesitamos trabajar para evitar que las situaciones difíciles nos consuman.
La resiliencia se aprende, ya que es una conducta resultado de competencias, actitudes y experiencias de la persona. Para conseguirla, el emprendedor debe analizar sus factores internos y externos.
Las fortalezas y debilidades son los factores internos que un emprendedor tiene para afrontar una situación adversa. Ejemplos de fortalezas son la autoestima, motivación intrínseca, confianza en uno mismo, actitud positiva, capacidad de comunicación, creatividad, capacidad de resolución de problemas etc.
Las amenazas y oportunidades son factures externos, factores del entorno que pueden suponer un apoyo para el emprendedor o por el contrario, factores que puedan amenazar o poner en peligro el desarrollo de su proyecto.
Tener una visión clara tanto de los factores internos como de los externos puede resultar muy útil para saber sacar partido de las fortalezas y oportunidades que el entorno ofrece. Desde estas fortalezas y oportunidades, el emprendedor puede establecer estrategias, tomar decisiones y esbozar un plan de actuación.
La resiliciencia, permite a una persona transformar las amenazas o adversidades en oportunidades, permite seguir motivado y trabajando enfocado en aquello que queremos conseguir para poder remontar la situación o establecer un plan de acción diferente, cambiar estrategias y establecer acciones que transformen esas situaciones en otras más positivas.
¿Cuáles son las cualidades positivas que hacen que un emprendedor tenga resiliencia?
- La motivación intrínseca
- Capacidad para resolver problemas de forma creativa
- Optimismo y pensamiento positivo
- Sentido del humor
- Inteligencia emocional o capacidad para gestionar las propias emociones
- Asertividad o habilidades de comunicación
- Interés por el aprendizaje, capacidad de adaptación y cambio
- Capacidad para tomar decisiones
- Ser capaz de manejar de forma adecuada el estrés, la incertidumbre y el cambio
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