La importancia de definir el propósito de la empresa.
Cuando una empresa se propone potenciar sus ventas y tener equipos más eficientes y competitivos se marca unos objetivos de negocio y desarrolla una estrategia para alcanzarlos. Estos objetivos no siempre están alineados con el propósito de la empresa y por eso las estrategias fracasan.
Otras veces las empresas confunden el propósito empresarial con objetivos de negocio y el camino a seguir por tanto no está claro.
¿Qué es el propósito de una empresa?
El propósito es aquello que promueve la creación de estrategias y cambios, lo que marca el camino a seguir, el rumbo. Es la brújula que debe guiar e inspirar a los miembros de la organización. Es la razón de ser de la empresa.
De este modo, el propósito debe estar presente en cada acción que se acometa y en cada decisión que se tome. Debe servir para atraer y mantener al personal y colaboradores adecuados. Estos sentirán que forman parte de algo más grande, que pretende dejar una huella o inspirar cambios en el entorno.
El propósito sirve para alimentar el sentido de contribución positiva.
Si todavía no tienes claro cuál es el propósito de tu proyecto, responde a estas preguntas:
- ¿Por qué importa lo que haces?
- ¿Qué aportas al mundo con tu trabajo?
- ¿Qué impacto generas en tus clientes?
Definir un propósito de forma consciente puede ayudarte a definir estrategias y formas de actuar en coherencia con el impacto que quieres generar. No cometas el error de construir tu argumento en base a frases bien sonantes de otras organizaciones. Define, en base a tu esencia, la verdadera razón de ser de tu empresa.
Si preguntas a los empleados de la mayoría de las organizaciones, o incluso a dueños de negocios, seguro que sabrán responderte qué hace su empresa y posiblemente también a cómo lo hacen. Pero muy pocas realmente saben el “porqué” de lo que hacen, el propósito real y qué valor aportan a sus clientes o a la sociedad.
Según Simon Sinek las marcas de éxito son aquellas que primero definen el porqué, luego el cómo y por último el qué, mientras que la mayoría de las empresas hacen justamente lo contrario.
¿Tienes claro cuál es tú propósito?
¿Qué te impide definirlo ahora?
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