Habilidades directivas en momentos de crisis
Cualquiera puede guiar el barco cuando el mar está en calma. (Publilio Siro, Escritor de la Antigua Roma).
En los momentos en que todo va bien es fácil ser líder y guiar e inspirar a los equipos. Sin embargo, es en momentos de dificultades, en los que el equipo se ve inundado por temores, cuando la creatividad no fluye y los egos impiden muchas veces encontrar soluciones, cuando más se necesita un verdadero líder que inspire e influya positivamente.
En este artículo os hablo sobre las características que un líder auténtico debe manejar si quiere ser guía y fuente de inspiración para sus equipos e influir en ellos de forma positiva. Comparto además, el webinar que he impartido sobre este tema para la Cámara de Comercio de Madrid.
Diferencias entre un jefe y un líder
Antes de definir cuáles son las características de un líder auténtica, merece la pena detenernos en cuál es la diferencia entre jefe y líder.
Un jefe puede definirse como una autoridad que utiliza su poder para mandar o dictar órdenes a una o varias personas. La función de un líder va más allá, ya que es aquel que, no solo dirige un equipo, sin también les motiva, sin imponer sus propias ideas.
La palabra líder proviene del latín y hace referencia a quién inicia, a una persona activa que toma la delantera para ser pionero. Hace alusión a aquel que guía a su grupo.
¿Cuáles son las características de un buen líder?
A continuación, resumimos en ocho, las características principales de un buen líder:
- Tiene visión: es capaz de anticiparse a las necesidades y cambios.
- Sabe motivar: Presta atención a lo que la gente desea y necesita e inspira a sus equipos.
- Gestiona las emociones: Crea fuertes vínculos emocionales, saben que las personas son la clave para que las cosas ocurran y se centran en la cohesión y el buen clima para lograrlo.
- Sabe guiar: Enseña o se asegura que enseña a las personas como desarrollar una tarea y que tengan éxito.
- Digno de confianza: Tiene credibilidad, es honesto, comprometido, coherente y generoso.
- Asume riesgos: Delega, alienta a sus colaboradores a llevar a cabo tareas nuevas, nuevos retos.
- Trabaja en equipo: Interactúa e intercambia experiencias. Defiende los intereses del grupo y actúa en nombre de este.
- Tiene sentido del humor: La capacidad de reírse demuestra un elevado grado de inteligencia y control de uno mismo.
Resumiendo, podríamos decir que las personas en general, pero aún más los equipos de trabajo en los entornos laborales, de cualquier sector necesitan referentes que les transmitan:
- Confianza
- Eficacia
- Alineación
- Escucha continua
En cualquier organización, estas variables marcan la diferencia en momentos de vulnerabilidad y cambios como los que estamos viviendo actualmente.
Otras habilidades esperables en un buen líder
- Coherencia: Un buen líder debe mostrar coherencia entre lo que se dice, hace y siente. El ser humano es un conjunto de lenguaje, cuerpo y emoción. Las tres cualidades han de ir conectadas para que la maquinaria funcione en coherencia. Además, un buen líder, no solo debe mostrar coherencia, sino permitir que sus equipos sientan coherencia también entre sus valores y su papel dentro del equipo.
- Compromiso e implicación: Un buen líder debe ser capaz de fomentar en sus equipos el compromiso e implicación. Para ello debe fomentar la participación, visibilidad de las personas que componen el equipo y reconocimiento.
Se debe fomentar la participación e involucrar a las personas integrantes de los equipos en la generación de ideas e iniciativas que contribuyan a alcanzar mejor los objetivos y metas de la empresa. Dar visibilidad al talento, concediendo notoriedad y protagonismo, a la vez que promoviendo e impulsando las mejores maneras de hacer y crecer profesionalmente es otra característica del liderazgo auténtico. Motivar a los equipos reconociendo, con comportamientos concretos, de forma natural y en público es fundamental también para reforzar a los individuos y potenciar la confianza del equipo.
La confianza nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas las preguntas. (Wallace Stevens)
En palabras de Oriol Amat, Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad y Profesor de la Universidad Pompeu Fabra Barcelona School of Management:
Cuando las cosas van bien es fácil ser un líder apreciado porque las empresas tienen beneficios y pueden mejorar los salarios y ofrecer mejores condiciones a sus trabajadores. Cuando las cosas van mal y se tiene que recortar… en esos momentos de crisis se ve realmente quién es un buen líder. Son los que anteponen el equipo a su egoísmo personal y consiguen mantener la cohesión pese a las dificultades.
¿Qué características adicionales tiene un buen líder?
A las características habituales que debe tener un buen líder, en momentos de crisis podríamos añadir, bajo mi punto de vista:
- Generosidad (al anteponer el equipo a su ego personal)
- Cohesión del equipo (pese a las circunstancias adversas)
Un buen líder debe ser y dar ejemplo (ser modelo y fuente de inspiración para el resto) además de tener visión a largo plazo.
Comunicación influyente
Una clave fundamental de un buen líder es saber comunicar de forma influyente.
Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como: “transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor”.
Otra definición algo distinta, menos formal, pero más relacionada con el concepto de liderazgo auténtico es, para mi:
La comunicación es el arte de transmitir conceptos poniendo en valor la magia de las palabras, gestos, sentimientos y emociones.
En este momento, hablar en público es, junto con el liderazgo, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo, las habilidades y competencias más demandadas en el mercado laboral. Bajo mi punto de vista, estas habilidades, que todo líder debe manejar, son mucho más que una sof-skill, son la gran asignatura pendiente de la sociedad española.
La comunicación oral es uno de los principales ejes de las relaciones y del éxito en el trabajo. Se trata de una herramienta transversal y absolutamente imprescindible. Y máxime en momentos de crisis.
La buena noticia: se puede entrenar, practicar y acabar dominando.
Comunicación e influencia. 5 estilos.
Desde el punto de vista de la comunicación, pueden considerarse estos cinco estilos de influencia:
- Inspirador: Defiende su posición y anima al resto para encontrar un propósito común ilusionante
- Asertivo: Insiste para que sus ideas sean escuchadas y comparte las ideas de los demás, escucha las ideas de los demás
- Racional: Ofrece razonamientos lógicos y datos para convencer al resto
- Negociador: Busca compromisos y hace concesiones para alcanzar acuerdos que satisfagan su interés principal
- Conector: tiende puentes, escucha, comprende y construye coaliciones de beneficio mutuo.
Claves de la comunicación influyente
En cuanto a la comunicación, cabe destacar que el 93% de la comunicación corresponde a la parte no verbal de la misma. Lo que decimos sin palabras impacta primero en el otro. (El 55% de la comunicación se debe al lenguaje corporal, el 38% al tono de voz y el 7% al contenido del mensaje que se comunica).
Pueden considerarse las siguientes 5 claves para comunicar un mensaje difícil en momentos de crisis:
- Escuchar: cuando el interlocutor comienza la fase de negación, es recomendable escucharle y respetar las defensas sin hacerle consciente de sus contradicciones
- Empatizar: intentar ponerte en el lugar de tu interlocutor, intenta entender su fase de rabia e indignación. Reconocer los puntos de vista del otro y sus sentimientos. No le quites importancia
- Ayudar: Ayuda a tu interlocutor a que vea por sí mismo la solución, siempre basándose en hechos objetivos y datos que lo avalen.
- Tener paciencia: espera a que tu interlocutor asimile la mala noticia. No acortes el camino.
- Se coherente con la comunicación no verbal: busca el lugar adecuado, mírale a los ojos, acércate, si es propicio, a tu interlocutor, háblale despacio. Recuerda que tu cuerpo es un transmisor silencioso del estado de ánimo.
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